- Ante todo, un libro es una obra de arte. Un primer paso a la hora de seleccionar una lectura puede ser detenernos en su aspecto interior; la edición debe ser cuidada y atractiva y refulgir como un tesoro.
- Si se trata de una obra de ficción la narrativa nos introducirá en mundos maravillosos: no desprecies ninguno de ellos, aunque la edad sugerida diste de la nuestra. Los lectores son seres atemporales.
- Si queremos deleitarnos con una obra que no sea de ficción nos decantaremos por aquella cuyo tema nos atraiga . Biografías y autobiografías, libros de viaje y crónicas históricas, relatos del pasado o crónicas de actualidad confirman con frecuencia que la realidad supera a la ficción.
- Se aconseja iniciarnos en la lectura con cuentos o relatos para ir abordando gradualmente lecturas más ambiciosas.
- No menospreciar la información que ofrece n portada y contraportada. Leer con detenimiento la sinopsis del libro para asegurarnos que la temática nos interesa.
- Al seleccionar un libro adquirimos un compromiso inquebrantable con nosotros mismos: el de terminar todas y cada una de las lecturas que iniciamos. Por ello no debemos precipitarnos en su elección; cuando iniciamos la lectura hay que tener presente que no se puede abandonar.
- Antes de recurrir la libro electrónico agotar las posibilidades de la biblioteca del centro y la del barrio e, incluso, la de la propia casa del lector. El placer que nos proporciona el acto de leer no depende de la actualidad del libro ni del formato en que se nos presente.
Manifiesto
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Sobre el punto 2, por ejemplo muchos despreciarán la lectura de "El principito", de Saint-Exupery, o "Platero y yo", de J. R. Jiménez por ir habitualmente rodeadas de un "aura de infantilidad". Toda la razón: no hay que despreciar ninguna obra. Tras ella puede haber grandes sorpresas.
ResponderEliminarHaciendo alusión al punto 6, quizás el compromiso no solo es con nosotros mismos sino con el escritor en el que decidimos confiar para disfrutar de su obra. Dejarla sería traicionar al autor. Será mejor "aplazar", pero nunca dejar olvidado un libro.